Mientras tus afinados labios los sentían míos,
La alegría fue la virtuosa y leal compañera,
Ahora que te marchas, colmada de desafíos,
Solamente los recuerdos perduran en mi vera.
No podemos negar que nos amamos con ternura,
Disfrutando de horas de incomparable amor,
Probaste en mi cuerpo la particular dulzura,
De la miel que produce el más agradable sabor.
Forjamos en silencio sin fin de eternas ilusiones,
Que se han quedado únicamente en quimeras,
Quién será hoy el dueño de tus cálidas pasiones,
Mientras vivo soñando en tus caricias primeras.
Mis ojos se saturan de un angustioso llanto,
Al mirar con sigilo y en la soledad tus retratos,
Esta dolencia inspirará la escritura de mi canto,
Sonriendo al recordar tus rabietas y malos ratos.
Me acompaña en el corazón tu cándida alegría,
La incomparable característica de tus facciones,
Hasta siempre amor, mi voluntad se queda fría,
Pero tú existirás en cada una de mis canciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario