jueves, 3 de noviembre de 2016

El brillo de tus ojos es como un resplandor, que me entra por los ojos y me llega al corazón, que me dice lo que sientes sin utilizar la voz, porque la mirada es un instrumento que utiliza el corazón....

 Te toco en la memoria y una luz cae mar abierto, eres fuerza irresistible que me atrae y voluntad que precipita cada uno de mis pasos. Impulso que mezcla el gozo y la tristeza, suspiro y amor que corta el viento.

¿Qué importa si no estrecho más el coral de tus labios ni arribo a tus ojos con las sienes serenas?

Si soy el hálito que te absorbe el pensamiento y me tocas en la memoria inalterable del recuerdo.

 ¿Qué importa si es agreste el mar y tú no llevas rumbo?

Si beso la ribera y el vuelo de las aves, donde tus ojos encienden matorrales de deseo.

Déjame esta voz para hablarte en el silencio, hombre, cielo gris de ritmos y gaviotas, amor de pampa y mar abierto.

Déjame esta voz, luego estallarás en risa fresca, me querrá tu alma, buscarás mis brazos y la triste cigarra hará revuelos en el viento.

¿Qué importa si se cierra nuestro cerco y apago los latidos de mi pecho? Si ahora soy la cóncava gruta para tu cauce serpentino y tú la lluvia torrencial que me humedece desesperada, honda y doliente.

No sé si volverás, no sé si existes o eres sólo un vano sueño.

¡Amor de pampa y mar abierto!

Yanira Soundy.

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