¿Qué importa si no estrecho más el coral de tus labios ni arribo a tus ojos con las sienes serenas?
Si soy el hálito que te absorbe el pensamiento y me tocas en la memoria inalterable del recuerdo.
¿Qué importa si es agreste el mar y tú no llevas rumbo?
Si beso la ribera y el vuelo de las aves, donde tus ojos encienden matorrales de deseo.
Déjame esta voz para hablarte en el silencio, hombre, cielo gris de ritmos y gaviotas, amor de pampa y mar abierto.
Déjame esta voz, luego estallarás en risa fresca, me querrá tu alma, buscarás mis brazos y la triste cigarra hará revuelos en el viento.
¿Qué importa si se cierra nuestro cerco y apago los latidos de mi pecho? Si ahora soy la cóncava gruta para tu cauce serpentino y tú la lluvia torrencial que me humedece desesperada, honda y doliente.
No sé si volverás, no sé si existes o eres sólo un vano sueño.
¡Amor de pampa y mar abierto!
Yanira Soundy.
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