lunes, 17 de octubre de 2016

El camello muere en la arena, el águila en la roca y a mi me gustaría morir en los labios de tu boca....

 Le pedí una mirada, y al mirarme
brillaba en sus pupilas la piedad,
y sus ojos parecen que decían;
¡No puedo darte más!.
Le pedí un beso, ¡Un beso! y al dejarme
sobre sus labios el amor gustar,
su cuerpo contra el mío,
me decía:
¡No puedo darte más!
Le pedí, en una súplica suprema,
que me diera su ser… y al estrechar
su cuerpo contra el mío me decía:
¡No puedo darte más!

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